Etiqueta Social. Buenos Modales.
.La etiqueta social, que duda cabe, es parte de los buenos modales
dentro un protocolo de determinadas culturas. No siempre la etiqueta
social de una identidad cultural será buena en otra.
De lo que se trata, para la vida Ok, es de conocer los buenos
modales, dentro de algo que sea comunmente aceptado como fino, elegante y
que prestigie a la especie humana.
Por ejemplo: comer con las manos, es visto por muchas culturas como
malos modales. Pero, en la India y en otros países puede ser algo de lo
más normal.
En China y Japón y la mayor parte de Asia, se come con los fai chi, o
palillos chinos. Estos palillos emulan o reemplazan a las yemas de los
dedos. En occidente se come con tenedores, que equivalen a las garras o
uñas.
El concepto y origen es diferente, pero lo que se busca es mayor higiene y practicidad, así como elegancia y uniformidad.
El origen de esta palabra es diverso, pero se pueden tomar dos conceptos:
El término etiqueta que se usa comúnmente en castellano en vez de ‘marbete’ es un galicismo.
La palabra francesa étiquette, formada con el sufijo diminutivo
(-ette) apareció en el siglo XIV con la forma estiquette, esto designaba
una especie de señal escrita fijada en una estaca.
Luego derivó en el rótulo o nota que se solía poner en cada bolsa de
una causa judicial, esta costumbre duró hasta finales del siglo XVIII,
tiempos en los que significó ‘ceremonial’ para determinar el orden de
las etiquetas.
Según el Diccionario etimológico del Dr. Pedro Felipe Monlau,
publicado en 1856, la palabra etiqueta se formó de la contracción de las
palabras latinas Est-hic-quaestio que significa “Aquí está la
cuestión”.
Es conveniente mencionar, al decir de los especialistas, la palabra etiqueta no tiene relación con la palabra ética.
Normas de la etiqueta social
Las normas de etiqueta, se refieren a los buenos modales en
determinados lugares y tanto prescriben y restringen las maneras en que
las personas interaccionan con los demás, basados en el respeto para los
otros y las costumbres aceptadas en una determinada sociedad.
La etiqueta moderna codifica las interacciones sociales con los otros, tales como:
- Responder a las invitaciones previamente
- Saludar a los presentes de una reunión, principalmente a los anfitriones.
- Abstenerse de palabras agresivas y la curiosidad entrometida
- Usar vestimenta apropiada para la ocasión
- Contribuir a las conversaciones sin pretender tener la razón
- Comer con higiene y a velocidad media.
- No hacer ruidos molestosos al comer
- Procurar llegar puntualmente. Muy temprano o muy tarde es molestoso.
Las trasgresiones de la etiqueta y los buenos modales, si son muy
notorias, pueden causar hasta desgracia pública, y en privado herir
sentimientos innecesariamente.
Asimismo, crear malentendidos, pérdida de amistades, pérdida de
trabajo y otras incomodidades que pueden dar problemas a corto, mediano y
largo plazo.
Muchas enemistades familiares o aparatamientos de grupos tienen sus
inicios en violaciones sencillas de etiqueta que fueron tomados fuera de
proporción.
Para un ejemplo histórico, en la antigua epopeya hindú Mahabharata,
la gran guerra entre los ejércitos tuvieron su inicio cuando un
gobernante, Duryodhana, comete un par de “metidas de pata” menores en el
castillo de su primo, y se burlan de él por ello.
Muchos consideran a la etiqueta como política menor dentro de una sociedad mayor requerida en una sociedad educada.
Buenos Modales
La etiqueta y los buenos modales, como en la mitología antigua, han
legado historias especialmente cuando parecen no tener un propósito
obvio, y sus justificaciones como lógicas. Los dioses griegos tenían en
la etiqueta un motivo para destruir muchos mundos.
En Europa, los inicios de la etiqueta, son de origen francés y surgiendo de las prácticas de la corte de Luis XIV.
Algunas personas consideran a la etiqueta como una restricción
innecesaria a la libertad de la expresión personal, otros consideran tal
espíritu libre como falto de modales y grosero. Pero, siempre se debe
tener un mínimo de modales.
Diferencias culturales
Todas las civilizaciones alfabetizadas, incluyendo la antigua Grecia y
Roma, desarrollaron reglas para la conducta social adecuada.
En China, Confucio incluyó reglas para comer y hablar junto con sus
refranes más filosóficos. La nobleza china tuvo normas de etiqueta muy
estrictos. Aun hoy, el pueblo las sigue.
Existe un tradicional libro sobre la etiqueta llamado Galateo, overo
de’ costumi de Monseñor Giovanni della Casa; de hecho, en italiano, la
etiqueta es usualmente llamada galateo (o etichetta o protocollo).
En el Reino Unido, Debrett’s es considerada por muchos como el
árbitro de etiqueta, sus guías de modales y formas han sido la última
palabra en las sociedad educada.
Las publicaciones tradicionales tales como Correct Form han sido
recientemente actualizadas para reflejar a la sociedad contemporánea, y
nuevos títulos como Etiquette for Girls y Manners for Men actúan como
guías para aquellos que quieren combinar una vida moderna con valores
tradicionales.
En las nuevas tierras de América, Benjamin Franklin y George
Washington escribieron códigos de conducta para los jóvenes caballeros.
La inmensa popularidad de las columnas de consejos y los libros de
Letitia Baldrige y Judith Martin muestra la actualidad del tema.
En latinoamérica, el Manual de Carreño es tradicionalmente
considerado como la guía más difundida en cuanto a las buenas costumbres
y etiqueta social.
Actualmente, el apogeo del internet ha requerido la adaptación de las
reglas de conducta existentes para crear la netiqueta, que gobierna la
comunicaciones con el envío de correos electrónicos, reglas para
participar en un foro en línea, y se permite hasta la deformación del
lenguaje.
En este punto deja de ser buenos modales por la deformación del lenguaje y podría llamarse mas bien un tipo de protocolo.
Finalmente, la buena imagen y modales, llevan a la vida Ok y
propician el éxito de la comunicación de cada persona, profesional o
empresa con su entorno, que por cierto es cada vez más tenido en cuenta,
como parte de la formación de toda persona, además de la formación
académica a la que se refiera.
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